Como ya es conocido y ampliamente evidenciado, los recuerdos de los detalles vividos durante una ECM se mantienen intactos sin importar el tiempo que haya transcurrido. Este factor, propio de estas experiencias, también nos permite diferenciarlas de otras, como las alucinaciones. Y un ejemplo de esto se observa en este testimonio.
Durante su ECM, Juan Manuel pasó por varios momentos. Sentirse fuera de su cuerpo, estar en un jardín silvestre lleno de colores que no ha vuelto a ver jamás, encontrarse con familiares fallecidos con quienes hablaba de manera telepática y estar envuelto en una luz blanca y brillante que le dio la sensación de amor, jamás vivida. El conjunto de estas vivencias, al final lo resume en sus propias palabras, “como lo que se siente cuando uno regresa a casa”.
Tras 9 días de estar en coma y de tener un diagnóstico que le suponía que si vivía quedaría con secuelas que le impedirían llevar una vida normal, Juan Manuel se recuperó satisfactoriamente y en un tiempo extraordinario.
Decidió guardar su experiencia “como un tesoro escondido” porque cuando la contaba, quienes la escuchaban no la entendían. Fue en el momento en que conoció a su esposa, que logró volverla a relatar y contar con alguien que le creyera. Eso, en sus palabras, lo liberó.
Es autor del libro ¿Y si mañana me voy? que contiene un conjunto de reflexiones a partir de lo que la ECM le aportó de aprendizajes.
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