Escritores, Psiquiatras, Médicos, Filósofos, Teólogos y otros científicos se reunieron en el Foro Alma, Cuerpo y Mente para intentar encontrar respuestas a muchos de los interrogantes acerca de la vida y la muerte y conocer un poco más sobre el mundo que nos rodea.
La presidenta de la Fundación ICLOBY participó en el foro, aportando su conocimiento acerca de la comprensión de la muerte como un paso que no es el final; y por otro lado, compartió su experiencia relacionada con las Memorias del Corazón.
Por más de 32 años, la Dra. Comas ejerció como médica adjunta en el Departamento de Anestesiología y Reanimación del Hospital Vall d¨Hebron de la ciudad de Barcelona. Ahí perteneció al equipo pionero de trasplante bipulmonar, y al equipo de reanimación. Desde ese momento,
Las evidencias científicas, cada vez son más contundentes alrededor de la teoría en la que el corazón puede ser considerado como una doble antena espiral de captación y emisión de información. En este sentido se ha evidenciado, que el corazón, está compuesto por más 40.000 neuronas; que se entrelazan entre sí, para crear una compleja red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo que hacen que se considere un sistema nervioso desarrollado e independiente al regido por el cerebro.
Interesante conocer la gran aportación de un cardiólogo español, el doctor Paco Torrent Guasp que descubrió que el corazón no son cuatro cavidades independientes sino que los ventrículos son una banda muscular única enrollada en doble hélice helicoidal, desde la aorta a la pulmonar.
El corazón genera una partitura de sonidos: ondas electromagnéticas, ondas de presión y ondas térmicas que transmiten la información a través de una extensa red vascular a las células, produce hormonas y un campo electromagnético toroidal cinco mil veces más potente que el del cerebro.
Si pensáramos, en que este patrón de ondas es el portador de otros miles de ondas que son las que hacen eco en nuestros pensamientos, sentimientos, así como en cada espacio del cuerpo, no nos sorprendería el enorme poder del corazón como el gran ordenador de nuestra vida.