Nacida en Madrid en 1978, Violeta Pérez estudió Arte Dramático e Historia del Arte. En el 2005, fue nominada como mejor actriz de reparto por su actuación en la película Princesas. De ahí en adelante su trabajo profesional ha sido ampliamente reconocido
A los 19 años viajó a Budapest como parte de un Tour que hacía alrededor de varios lugares europeos. Sin saberlo, llegaba a una de las pocas ciudades que, para finales de los años 90s, contaba con un Hospital especializado en Neurocirugía. Gracias a esta “casualidad” Violeta considera que está viva. Fue operada de urgencia por un aneurisma cerebral. Su ECM le transformó la vida, no por lo que vivió durante ésta sino por la manera cómo regresó. Aun así, no habló de ella sino después de varios años, entendiendo que había regresado de la muerte.
“Gracias Dios mío” fueron sus primeras palabras al despertar de la cirugía. Esa frase, que podría ser común para muchos, en su caso era totalmente extraña; puesto que su educación era como no creyente y por tanto vivía alejada de cualquier creencia religiosa. Con esta experiencia, comenzaba a experimentar un mundo, una vida espiritual que nada tenía que ver con la perspectiva que hasta el momento había tenido de la vida.
Lo que vino después de su salida al hospital fue fuerte y en el arte encontró una manera de procesarlo. Su vida había cambiado para siempre.
Aquí su historia completa